asfixia del recién nacido
es un fallo cerebral que impide que funcione normalmente. Esto ocurre a
veces porque la placenta que suministra oxígeno al feto en el útero
deja de mantener un aporte adecuado de oxígeno al cerebro durante los
esfuerzos del parto. Esto sucede con frecuencia cuando el bebé es muy pequeño en relación con el tiempo de embarazo o cuando lo ha excedido considerablemente.
A veces el cerebro del bebé se daña durante el parto, en casos muy
raros el funcionamiento queda también disminuido cuando la madre toma
una medicina analgésica un poco antes del parto, mientras que en algunas
ocasiones el cerebro está mal formado a causa de un fallo ocurrido
durante el desarrollo del útero.
Los síntomas de la asfixia del recién nacido son
que el bebé no es capaz de respirar o llorar cuando nace, en casos
leves la piel es de un color azul y las extremidades son muy rígidas
aunque puede producirse movimiento en ella. En los casos más graves el
bebé tiene un color ceniza, está inmóvil y lacio.
La frecuencia de esta enfermedad es de un 10% de recién nacidos que
necesitan ayuda para la respiración pero con los modernos procesos en
obstetricia el número de los afectados ha descendido bastante. La mujer
que fuma durante el embarazo tiene más probabilidades de dar a luz un
bebé de tamaño menor y que por lo tanto padezca asfixia del recién nacido en el momento del parto.
El riesgo de lesión permanente en el cerebro (después de 4 o 5 minutos de falta de oxígeno) o incluso de muerte
(a los 10 minutos de carencia) es baja pues todos los tocólogos y
comadronas están preparados para resucitar un niño asfixiado en unos
segundos después del parto. La carencia de oxígeno en la placenta se
detecta durante el parto en cuyo caso se puede prevenir la asfixia del recién
nacido o disminuirla al mínimo acabando el parto de forma urgente.
Si el niño nace asfixiado las secreciones del líquido del útero junto
con el moco se aspiran rápidamente de la boca del bebé, la nariz y la
garganta por medio de un tubo especial, en caso leves de asfixia del recién nacido se
hace boquear al bebé inhalando oxígeno lo que hace que el cerebro
inicie la respiración. Si esta técnica no tiene éxito puede colocarse
una máscara especial de oxígeno sobre la cara del bebé bombeando oxígeno
a presión en el tracto respiratorio o puede hacerse cosquillas en el
interior de la nariz con un tubo a través del cual fluye oxígeno.
En los casos graves de asfixia del recién nacido se introduce oxígeno en los pulmones por medio de un tubo que se inserta en la tráquea y se inicia la respiración artificial, la respiración espontánea generalmente se emprende en el término de unos pocos minutos. En ocasiones cuando el cerebro se ha dañado durante el parto o no está correctamente desarrollado la respiración artificial puede tener que continuarse varias semanas.
Alteraciones circulatorias durante la asfixia.
Como se ve en el gráfico, en el transcurso de la asfixia total se registra una constante caída de la presión sanguínea, luego de un ascenso inicial. Al mismo tiempo la piel adquiere sucesivamente los colores azul, manchado y blanco cuando el neonato responde a la insuficiencia circulatoria con vasoconstricción periférica generalizada. Un reciente estudio acerca de los efectos de la hipoxia sobre el mono Rhesus in utero, indica que al mismo tiempo que disminuye el volumen minuto cardíaco, el flujo cardíaco disponible se redistribuye en un intento por aportar sangre oxigenada a los órganos vitales (encéfalo, corazón y glándulas suprarrenales) a expensas de los riñones, bazo, pulmones y todos los demás tejidos. En este estudio se indujo una asfixia leve a moderada, controlada por la captación de oxígeno y las determinaciones del equilibrio ácido-base, mediante reducción gradual de la tensión del oxígeno arterial materno. El flujo sanguíneo umbilical se redujo en un 50 % y lo mismo sucedió con el consumo fetal de oxígeno. La sangre oxigenada que retornaba al corazón desde el conducto venoso, aportó un volumen proporcionalmente mayor de sangre al encéfalo y al corazón en los fetos testigos e hipóxicos, que la proveniente de las venas cavas superior e inferior. Además durante la hipoxia aumentó el corto circuito desde la vena cava superior (VCS) hacia el corazón izquierdo a través del agujero oval, manteniéndose así transitoriamente constante el volumen absoluto de sangre que prefundía al encéfalo y al corazón por gramo de tejido, frente a un declinante volumen minuto cardíaco.
En los casos graves de asfixia del recién nacido se introduce oxígeno en los pulmones por medio de un tubo que se inserta en la tráquea y se inicia la respiración artificial, la respiración espontánea generalmente se emprende en el término de unos pocos minutos. En ocasiones cuando el cerebro se ha dañado durante el parto o no está correctamente desarrollado la respiración artificial puede tener que continuarse varias semanas.
Alteraciones circulatorias durante la asfixia.
Como se ve en el gráfico, en el transcurso de la asfixia total se registra una constante caída de la presión sanguínea, luego de un ascenso inicial. Al mismo tiempo la piel adquiere sucesivamente los colores azul, manchado y blanco cuando el neonato responde a la insuficiencia circulatoria con vasoconstricción periférica generalizada. Un reciente estudio acerca de los efectos de la hipoxia sobre el mono Rhesus in utero, indica que al mismo tiempo que disminuye el volumen minuto cardíaco, el flujo cardíaco disponible se redistribuye en un intento por aportar sangre oxigenada a los órganos vitales (encéfalo, corazón y glándulas suprarrenales) a expensas de los riñones, bazo, pulmones y todos los demás tejidos. En este estudio se indujo una asfixia leve a moderada, controlada por la captación de oxígeno y las determinaciones del equilibrio ácido-base, mediante reducción gradual de la tensión del oxígeno arterial materno. El flujo sanguíneo umbilical se redujo en un 50 % y lo mismo sucedió con el consumo fetal de oxígeno. La sangre oxigenada que retornaba al corazón desde el conducto venoso, aportó un volumen proporcionalmente mayor de sangre al encéfalo y al corazón en los fetos testigos e hipóxicos, que la proveniente de las venas cavas superior e inferior. Además durante la hipoxia aumentó el corto circuito desde la vena cava superior (VCS) hacia el corazón izquierdo a través del agujero oval, manteniéndose así transitoriamente constante el volumen absoluto de sangre que prefundía al encéfalo y al corazón por gramo de tejido, frente a un declinante volumen minuto cardíaco.
Recién nacido con asfixia moderada:
Con Apgar de 3 a 4 puntos al primer minuto de vida. Si la frecuencia
cardiacas menor de 100 por minuto, a pesar de la estimulación y la
administración de oxígeno por mascara, previa aspiración de orofaringe y la
nariz, es necesario comenzar a administrarlo a presión positiva a través de
mascara con ambú o sistemas de bolsas de ventilación (Mapleson, Hope, Penlon,
Laerdal, etc.). Con la bolsa ambú el Fi02 máximo obtenido es del 40%,
cuando se conecta a una fuente de oxígeno de pared que proporcione 100%; por
el contrario con los sistemas de bolsas de ventilación se le puede
administrar al niño hasta 100% de Fi02. La presión aplicada debe oscilar
entre 20 a 30 cms de H20 teniendo en cuenta la correcta
aplicación de la máscara, por lo que debe tener un tamaño apropiado. Tener
en cuenta que:
Presión aplicada a la bolsa
(0.25 a 0.50 de segundo):
·
entre dedo
índice y pulgar: 20 cms de agua.
·
entre dedos
índice, medio y pulgar: 25 cms de agua.
·
los anteriores
mas del dedo anular: 30 cms de agua.
los cinco dedos: 35 a 40 cms
de agua.
Dar ventilación a 40 a 60
veces por minuto.
Si el niño nace teñido de
meconio, no instituir ningún tipo de presión positiva hasta haber realizado
succión por visualización directa de la tráquea. La aplicación de presión
positiva con ambú produce dilatación gástrica por lo que debe colocarse una
sonda nasogástrica que debe permanecer abierta. Una vez estabilizado el
paciente y en aparentes buenas condiciones se evalúa el equilibrio ácido-
básico y en caso de que el ph esté por debajo de 7.25, debe corregirse
manejando la hipovolemia y la anemia si están presentes y luego administrar
bicarbonato de sodio si es necesario. Posteriormente proceder como en el
caso de recién nacido con Apgar mayor. Si el niño se mantiene cianótico,
deprimido y la frecuencia cardiaca no responde en forma apropiada, chequear:
·
concentración de
oxígeno.
funcionamiento
de las conexiones.
·
posición de la
cabeza (hiperflexión o hiperextensión).
·
presión generada
por el sistema.
Si todo está correcto actuar
como en los casos con Apgar de 0 a 2 puntos al minuto de vida.
Recién nacido con asfixia severa:
Apgar de 0 a 2 puntos al primer minuto de vida.
El tratamiento comprende:
los recien nacidos son una bendiciòn de dios por eso se le debe brindar el mayor de los cuidados
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